Dios es el creador de todas las cosas, y ha revelado por medio de las Escrituras un registro auténtico de su actividad creadora. El Señor hizo en seis días “los cielos y la tierra” y todo ser viviente que la habita, y reposó el séptimo día de la primera semana. De ese modo estableció el sábado como un monumento perpetuo de la finalización de su obra creadora. El primer hombre y la primera mujer fueron hechos a imagen y de Dios como corona de la creación; se les dio dominio sobre el mundo y la responsabilidad de cuidar de él.
Cuando el mundo quedó terminado era “bueno en gran manera”, porque declaraba la gloria de Dios. (Génesis 1:2; Éxodo 20:8-11; Salmo 19:1-6; 33:6,9: 104; Hebreos 11:3).
Cuando el mundo quedó terminado era “bueno en gran manera”, porque declaraba la gloria de Dios. (Génesis 1:2; Éxodo 20:8-11; Salmo 19:1-6; 33:6,9: 104; Hebreos 11:3).
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