Aclaración: No es un video Adventista pero tiene información de mucho interés.
Bajo el título de Food Inc., la cinta reconstruye los eslabones de la cadena de producción de un sistema responsable de la pandemia planetaria de obesidad y diabetes, capaz de poner en las góndolas de los supermercados domésticos un surtido inverosímil de 47.000 artículos diferentes.
“Las compañías no quieren que la gente sepa la verdad sobre lo que come, porque si lo supiese, no lo comería”, ha dicho gráficamente Eric Schlosser, coproductor del filme y autor de un libro superventas sobre el pingüe negocio de las calorías baratas.
La adscripción de Food Inc. al género de terror se explica, más allá de la humorada, por la inclusión en su hora y media de metraje de fotogramas de una crudeza mayúscula.
Imágenes rodadas con cámara oculta en las que se muestra, entre otras escenas, el engorde de animales con métodos orwellianos que lindan con el ensañamiento.
“Las vacas no han evolucionado para comer maíz”, señala a modo de ejemplo Michael Pollan, especialista en nutrición y una de las voces recurrentes en la trama de Food Inc.
“Ellas han sido diseñadas evolutivamente para comer hierba. La única razón por la que las alimentamos con maíz es porque este es más barato y porque las hace engordar más rápido”.
Claro que lo que debería provocar un pavor genuino entre los espectadores es enterarse más bien de la manera inescrupulosa con la que un puñado de multinacionales se lucran a costa de la salud de los pánfilos consumidores.
Comprobar, a través de este thriller documental que mezcla rigor y retórica de panfleto, la situación de indefensión y chantaje que atenaza a los agricultores y ganaderos insumisos empeñados en promover alimentos saludables.
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