domingo, 7 de agosto de 2011

Cómo ayudar a sus hijos a tener éxito en la escuela



por Myriam González

Hilda creció escuchando la historia de cómo sus padres Raúl, de origen mexicano, y Juana, nacida en Nicaragua, se conocieron mientras asistían a una clase para obtener la ciudadanía estadounidense en Los Ángeles, California. A la hora de cenar, su padre les contaba los esfuerzos que hacía para lograr mejores condiciones de salud y seguridad en su trabajo. Hilda llevaba a sus hermanitas menores con frecuencia a la biblioteca.


Juana trabajaba hasta diez horas diarias, pero mantenía contacto con la escuela de sus hijos. Un día el consejero de Hilda le dijo: “Señora, su hija no es material universitario. Debería seguir la carrera de su hermana mayor y estudiar secretariado”. A pesar de ello, Hilda se graduó con un Bachillerato en Ciencias Políticas de la Universidad Politécnica del Estado de California y obtuvo una Maestría en Administración Pública en la Universidad del Sur de California. Hilda terminó siendo una secretaria: ¡la Secretaria de Trabajo de los Estados Unidos de América! Ella fue la primera mujer latina en el Senado de California, la primera mujer que recibió el John F. Kennedy Profile in Courage Award, y la primera mujer latina en servir en el Gabinete de los Estados Unidos de América.1

Como Hilda L. Solís, varios líderes del gobierno actual de los Estados Unidos, incluyendo al Presidente Barak Obama, fueron los primeros en sus familias en asistir a la universidad. La cuarta parte son graduados de la Universidad de Harvard.2

No siempre escuchamos historias tan alentadoras. Los latinos, quienes constituyen el grupo étnico que crece más rápidamente en los Estados Unidos, son los que tienen menos educación formal. Las estadísticas nos dicen que desde kindergarten hasta el día final de su educación formal, el promedio de los latinos en los Estados Unidos tiene un rendimiento escolar más bajo que la mayoría de sus compañeros de escuela.3

¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a triunfar académicamente en medio de una sociedad donde la violencia doméstica, los padres ausentes, la intimidación, el aislamiento social, la gratificación instantánea y la explosión tecnológica, entre otros problemas, han creado un mundo diferente? Esta “generación cibernética” ya no se reúne con sus amigos después de las clases para subirse a los árboles, jugar a la pelota, las muñecas o el baloncesto, sino que se comunica a través de los sitios sociales en el Internet.

Estudios indican que el 93 por ciento de los adolescentes entre los 12-17 años tiene acceso al Internet y el 71 por ciento tiene teléfono celular.4 Esto facilita la comunicación, pero también permite el intercambio de mensajes con contenido sexual, amenazas e intimidación. La práctica de enviar fotografías sexualmente explícitas de ellos mismos o de otros se conoce como “sexting”. Estudios realizados entre los adolescentes de 13 a 19 años indican que el 20 por ciento ha enviado y el 48 por ciento ha recibido mensajes con contenido sexual,5 lo que contribuye al acoso sexual, los embarazos precoces y otros problemas.

Rainwater and Smeeding (2005) indican que el ambiente que rodea a los estudiantes fuera de la escuela contribuye más a sus resultados académicos que los factores en la misma escuela.6 Estos hallazgos confirman la importancia que tiene el hogar en la formación y el éxito académico de los niños. Los padres tienen en sus manos la oportunidad de cambiar significativamente las circunstancias que afectan el desarrollo intelectual y moral de sus hijos. Consideremos las siguientes áreas relacionadas con la familia que preparan a los niños para tener éxito en la escuela y en la vida.

La familia es el centro de aprendizaje de la herencia cultural y familiar. Al aprender acerca de sus antepasados, los niños se dan cuenta que son parte de una historia que comenzó antes que ellos nacieran. Esto les da sentido de estabilidad, seguridad y pertenencia.

Ayude a sus hijos a desarrollar una actitud positiva. Repítales que son inteligentes, fuertes y capaces de lograr sus metas. Presente como modelos a personas que han triunfado en sus estudios o sus carreras. No deje de enseñarles que todos somos hijos del mismo Dios y como tales, tenemos el mismo valor.

Enséñelos a respetarse a sí mismos. Deben aprender desde pequeños a respetarse a sí mismos y a conocer el valor que tienen delante de Dios. Enséñeles buenos modales y no permita el abuso físico, sexual, verbal, o emocional en su familia. Sea honesto con ellos y sentirán que usted los respeta. Mantenga una relación abierta con sus hijos y conozca a sus amigos. Establezca límites, disciplínelos con amor y explique las consecuencias de sus acciones.

Ayúdelos a desarrollar sus facultades. Enseñe a sus hijos a disfrutar de la música clásica, la naturaleza y el arte. Llévelos a la biblioteca y busque actividades intelectuales que no sean costosas pero que les ayuden a desarrollar armoniosamente todas sus facultades. Desde pequeños ponga en sus manos libros para instigar el amor hacia la lectura. Conozca las habilidades de sus niños y motívelos a desarrollar todo su potencial mientras los prepara mental y emocionalmente para alcanzar las metas más altas.

Establezca una hora específica para las tareas escolares y las del hogar. Realizar tareas para el bienestar general de la familia les enseña responsabilidad y propósito en la vida. Los horarios y rutinas hogareñas les ayudarán a desarrollar destrezas de organización y trabajo independiente.

Participe en su educación, asista a las reuniones y comuníquese con los maestros. Conozca los derechos y servicios que sus hijos deben recibir y asegúrese de que completen los requisitos y exámenes que faciliten su ingreso en la universidad.

Enséñelos a confiar en Dios. Al terminar, quiero enfatizar lo que considero más importante: la relación con Dios. Cuando un niño aprende por precepto y por ejemplo a honrar a Dios y a sus padres, respetará también a sus maestros. Enséñeles que hemos sido creados por Dios quien lo dio todo para demostrar su amor infinito. “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (Sofonías 3:17).

Dios inicia el acercamiento, nosotros respondemos y desarrollamos una relación con nuestro Creador. Su eterno amor nos sostendrá a través de las dificultades y nos enseñará lo que debemos hacer. Nuestros hijos, al observar nuestra vida, aprenderán por ejemplo y desearán tener una relación íntima con Dios, quien los ayudará a vivir una vida de éxito aquí y por la eternidad.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Cuentale a otros

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More