¿Te has detenido a evaluar cuanto conoce Dios acerca de tu vida y la manera en que acompaña cada uno de tus pasos? Mucha gente vive sin tener en cuenta esto a la hora de tomar decisiones, alimentar pensamientos o mantener hábitos particulares.
Dios siempre esta a tu lado. No importa la hora de la noche, el lugar solitario o si estas con un grupo de amigos, siempre te acompaña. Al saber esto, tus acciones, tus pensamientos y tus palabas ¿pueden continuar siendo los mismos?
Es claro que la compañía constante de Dios tiene el objetivo de acompañar, proteger y ayudar en todo momento, lugar o situación; pero deseo invitarte a pensar un poco más en tus actitudes ante la permanente presencia de Dios en tu vida. Una lectura del Salmo 139 puede ayudar a entender hasta donde llega esta compañía.
Hebreos 4:13 también amplia esta visión cuando dice que “no hay cosas creada que no sea manifiesta en su presencia, antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuentas”. Eso nos hace pensar en cuantas cosas tienen para decir las altas horas de la madrugada, o que las luces apagadas y las puertas trancadas de algunos cuartos tienen para mostrar. Cuantas situaciones incomodas tienen para contar las salidas con amigos. Cuantas personas dejan la impresión, en público, de comportarse óptimamente, mientras que llevan otra vida en privado.
Elena de White destaca este asunto al decir: “Si abrigáramos habitualmente la idea de que Dios ve y hoye todo los hacemos y decimos, y que conserva un fiel registro de nuestras palabras y acciones, a las que deberemos hacer frente en el día final, temeríamos pecar. Recuerden siempre los jóvenes que, dondequiera que estén, y no importar lo que hagan, están en la presencia de Dios. Ninguna parte de nuestra conducta escapa a su observación. No podemos esconder nuestros caminos del Altísimo. Las leyes humanas, aunque algunas severas a menudo se violan sin que tal cosa se descubra y por lo tanto, las transgresiones quedan sin castigo. Pero no sucede así con la ley de Dios. La más profunda medianoche no es cortina para el culpable. Puede creer que esta solo, pero para cada acto hay un testigo invisible, los motivos del corazón están abiertos a la inspección Divina. Todo acto, toda palabra, todo pensamiento están tan exactamente anotados como si hubiera una sola persona en el mundo, y como si la atención del cielo estuviera concentrada sobre ella” (Patriarcas y Profetas, p. 217)
Me gustaría desafiarte a permanecer alerta en contra de la trampa de los pecados secretos, Satanás ha trabajo para mantener algunas personas dentro de la iglesia como aparentes cristianos, pero llevan una segunda vida en privado. Eso fortalece las raíces del pecado, lo hace más difícil de abandonar, convierte en infeliz la vida cristiana y compromete la salvación.
Si desdichadamente estas experimentando esta realidad, me gustaría invitarte a detenerte y repensar tus hábitos, por la fe. Este es un momento especial de la historia en el que Dios te invita a decir como José, cuando fue tentado en secreto en Egipto ¿Cómo, pues, yo haría esta grande mal, y pecaría contra Dios? (Gen 39:9)
Experimenta rehacer tu vida con Dios, separa la primera hora de cada mañana para estar en comunión con el Señor, buscando su poder para vivir una vida pura, tanto en público como en privado. De la misma manera en que Dios esta siempre a tu lado, acompañando tus pasos, también esta totalmente dispuesto e interesado a ayudarte. Depende solo de una decisión. No puede hacer lo que te cabe a ti, pero quiere darte el poder necesario para cambiar la situación, no dejes para mañana lo que Dios te pide que hagas hoy. “He aquí ahora el tiempo aceptable, he aquí ahora el día de la Salvación.” (2 Cor. 6:2)
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